El implacable licaón

El licaón (lycaon pictus), también conocido como perro salvaje africano, lobo pintado, perro hiena y perro cazador del Cabo, es un cánido exclusivo del continente africano en donde habita hábitats de vegetación abierta. Es del tamaño de un pointer, los adultos pesan entre 18 y 36 Kg., no sobrepasando normalmente los 75 cm. de altura. Los ejemplares del Sur de África son de mayor tamaño que los del Oeste. Su constitución física es la propia de un especialista en la carrera de fondo, presentando un cuerpo sumamente enjuto que resulta similar al de un chacal. Sin embargo, sus aptitudes como cazador de grandes presas quedan patentes al observar su pesado cráneo, dotado de cortas y poderososísimas mandíbulas. Podría decirse que el licaón tiene el cuerpo de un liviano podenco dotado con la cabeza de un perro de presa. Presenta unos premolares mayores que los de otros cánidos, lo que denota que en su dieta tiene gran importancia el consumo de huesos, como le ocurre también a las hienas. El licaón tiene un coeficiente de fuerza en la mordida (BQF, mide la fuerza de la mandíbula en relación al peso del animal) medido en 142, que es el más alto de todos los mamíferos carnívoros, con la única excepción del marsupial diablo de Tasmania. Otro aspecto de su morfología que llama la atención son sus grandes orejas que le confieren un cierto parecido con las hienas.


El perro salvaje africano es un animal cuya fuerza reside en el grupo. Caza en manadas de tamaño variable, pero que pueden superar los 30 ejemplares. En la caza es un depredador implacable, siendo el depredador más efectivo del mundo, ya que entorno al 80% de sus cacerías son exitosas. Para cazar se basa en su enorme resistencia en carrera y realiza extenuantes persecuciones a sus presas, en las que el grupo se coordina de manera formidable. Una vez alcanzada la presa, un miembros de la manada la agarra por el cuello o el hocico, otro por la cola y el resto hace presa en su vientre destripándola. Al contrario que los grandes felinos, el licaón en la caza no mata a su presa antes de comérsela y literalmente se la devora viva. Sus presas más habituales son gacelas, impalas y antílopes de tamaño medio, aunque hay manadas especializadas en grandes presas como cebras y ñues. Entre las tribus locales circulan historias de grandes jaurías capaces de abatir incluso a un león, pero eso nunca se ha comprobado.Por el contrario, tanto leones, como hienas y cocodrilos ocasionan frecuentes bajas en las manadas de licaones.
Las poblaciones de esta especie se han reducido mucho y en la actualidad se encuentra muy amenazado, en gran parte por la sobrepoblación humana, la pérdida de territorio y el efecto de enfermedades infecciosas transmitidas por perros domésticos.

A continuación varios videos espectaculares, incluidos la captura de un impala dentro de una zona de acampada de turistas, el ataque de la manada a una hiena, una cacería vista desde el aire, la persecución a un kudu y el ataque a un búfalo.

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