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El diminuto, pero mortal, pulpo de anillos azules.

El diminuto pulpo de anillos azules (hapalochlaena maculosa ) vive en las costas del sudeste de Australia, mide entorno a 10 cm de longitud y, como su nombre indica, posee unos llamativos anillos de color azul que se vuelven de color más intenso cuando está excitado, sirviendo así de señal de aviso. Una señal que hay que tener muy en cuenta puesto que tan pequeño y desconocido animal marino se defiende con la saliva tóxica que introduce al morder y que es uno de los venenos más potentes del planeta. Dicho veneno de efecto neurotóxico es un alcaloide, la tetrodotoxina, que bloquea los canales del sodio de las membranas celulares de los tejidos excitables, como el nervioso y el muscular. Un único ejemplar posee veneno suficiente para matar a 20 adultos humanos. Tanto el veneno como el color azul de sus anillos es producido por una bacteria de las glándulas salivales del pulpo. La mezcla tetradotoxina y maculotoxinaforman forman el veneno de origen animal más potente que existe. La tetradotoxina es 10.000 veces más mortífera que el cianuro y de 10 a 100 veces más letal que el veneno de la araña viuda negra. La mordedura del pulpo de anillos azules es muy poco dolorosa, pero sin asistencia médica la muerte sobreviene en 90 minutos.


Se conocen varios casos mortales tras la captura de un ejemplar de esta especie tan aparentemente inofensiva.
Al contrario que otros cefalópodos, el pulpo de anillos azules porta sus huevos a cuestas durante los 90 días de incubación, siempre protegidos por un animal tan temido entre los depredadores de la barrera de coral australiana.
Su alimentación se compone de cangrejos, camarones y pequeños peces.

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